Taller de desmotivación

Ene 7, 2013   //   by Nuria Ros Cubel   //   Artículos, Eventos, Talleres  //  Sin comentarios


Sí habéis leído bien, porque si estamos motivados y tenemos claro quiénes somos, cuáles son nuestros puntos fuertes y nuestros puntos débiles , lo que queremos y hacia dónde nos dirigimos para qué nos va a servir un taller de motivación si no tenemos la necesidad.

Siguiendo eso que llaman mercadotecnia social a qué tipo de demanda de necesidad deseamos atender, ¿a la que todavía no está  presente pero se debería alentar, plasmar y cristalizar?, ¿quizás a la insatisfecha y que ya reclama soluciones prácticas? ¿Nos centramos acaso en la dañina que gira alrededor de lo más negativo y crítico de la situación? La dual en el caso que hallásemos la solución idónea para el problema concreto sería adapta, pero nos parece que no hilamos tan fino.

La abstracta es demasiado genérica y necesitamos bastante más que lanzar ideas hermosas y poco concretas al aire, que entre otros aspectos ya hay mucho cansancio de promesas de tierras prometidas. Por el momento dejaremos  la demanda irregular y la vacilante, antes tendremos que generar una base y una infraestructura personal.

Hablemos de lo que nos interesa la desmotivación, sí ese sentimiento de desesperanza, de percepción de incapacidad para superar los obstáculos que nos aplastan, incluso de auténtica angustia combinado con una apatía derrotista y resignada y una alarmante bajada de energía. Así  sin más se parecería bastante a la depresión, bueno no negaremos que pueda mantener estrecho contacto y en una expresión bastante coloquial se resumiría en un “pa qué, todo chorradas”.

Lo primero con lo que vamos a trabajar es con nuestros puntos fuertes, aunque en un primer momento no se vean están ahí, por muchas capas que los cubran. Aunque se esté sumergido en un camino de adicciones o de delincuencia, por indicar situaciones más extremadas, con un certero análisis de uno mismo se puede contactar con las propias habilidades que quizás no se estén utilizando por la vía más productiva para la propia existencia pero que sí se están empleando y existen.

Una vez  tomada la consciencia hay un segundo paso relevante la decisión y elección personal e intransferible de cómo quieres vivir y dirigir tus cualidades y aptitudes. Es una fuerte responsabilidad que sólo podemos asumir cada uno de nosotros abandonando el “sillón de los lamentos” y la culpabilización del mundo entero, vamos dejar el personaje de la víctima. No se está negando la problemática de la persona, ni mucho menos ridiculizando, se está hablando de cómo modificar la percepción y el cambio de actitud y enfrentamiento.

Hasta aquí estamos manejando la motivación intrínseca, aquella que emerge y está en nuestro fuero interno. No ignoraremos la importancia y el refuerzo de elementos externos en muchas personas, ya sea por ejemplo con recompensa económica, de valoración, de posición u otros estímulos relevantes. Es como la necesidad de demostrar o estar. Y esto nos lleva a un tercer paso y es del las personas y ambiente que nos rodean y cómo nos ayuda o perjudica. Estamos hablando de la motivación extrínseca.

De una manera sucinta los tres pasos serían las famosas cuestiones existenciales ¿quién soy? ¿hacia dónde voy? ¿con quién voy?

Estamos en una época muy concreta y como prácticamente ya todos conocemos de “crisis”. Quizás más que nunca es el momento de flexibilizar, de encontrar el modo de adaptarse a las circunstancias y de emplear la energía de la protesta en nosotros mismos sin desperdiciarla en asuntos que como individuos no podemos resolver. La inteligencia además de convergente puede ser también divergente, o sea en vez de darle vueltas a la cabeza en un monotema es abrir la perspectiva y ampliar el horizonte encontrando salidas no pensadas anteriormente. No son palabras, esta es la base de la evolución del ser humano como especie.

Sí en el momento de bonanza los problemas personales y la confusión invaden en este período, emergen como hongos, incluso en aquellas personas que anteriormente los habían más o menos toreado. Ahora se necesita el apoyo y la ayuda psicológica y el motivo, ya que de ello tratamos en este taller, para no recibirla, y de calidad, no puede ser el económico. Incluso la persona que se halle en una desastrosa situación, precisamente por ello, haga una reflexión si no gasta veinticinco euros en algunas cajetillas de tabaco, o pocas bebidas alcohólicas, u otras sustancias, o unas escasas salidas, o quizás ropa u objetos de bajo coste en comercios mayoristas, o… ¿existe mejor inversión que en uno mismo para salir del pozo?

Inicialmente el taller durará tres meses, con sesiones semanales de dos horas. El lugar se establecería según la mayoría de lo acordado por los asistentes en Valencia, bien en la zona de la calle Sagunto, o en la zona de la Malvarrosa en calle Cavite. El coste oscilará a partir de veinticinco hasta cuarenta euros mensuales según el número de participantes.

Nuestro lema: “La calidad del apoyo y orientación psicológicos no se mide por el coste sino por la atención a la necesidad de la persona”.

El plazo de inscripción queda abierto desde 7 de enero de 2013. Para más información, llama al 647 830 957. Aunque sea por una vez piensa en ti y elige si quieres vivir o sobrevivir.

El taller lo desarrollará la Dra. Nuria Ros Cubel.

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