La locura
Jul 10, 2012 // by // Artículos // Sin comentarios
Valencia, 10/07/2012
Que se entiende por locura, quizás no estar cuerdo, quizás ir “contra corriente”, o sea no pensar, sentir y actuar como lo que se considera “normal”, quizás no encontrarse a uno mismo, quizás…
Si hablamos de un trastorno con base orgánica y afectación del sistema nervioso, en nuestra sociedad occidental, se encarga de tratarlo y con el intento de paliarlo la medicina con la ayuda de la farmacología, concretamente la especialidad de Psiquiatría. Existen trastornos, hoy como hoy, de escasa por no decir nula solución, y con mal prognóstico, ya sea por su cronicidad o por su recidiva, es decir que vuelve a repetirse.
Aún con todo la terminología loco, comporta una connotación fuera de lugar. No obstante exista un trastorno orgánico de base, dependiendo la gravedad y la fase, puede ser mejorado con la adecuada intervención psicoterapéutica. Aquí sería romper una lanza por la colaboración entre la Psiquiatría y la Psicología, no despedazando de forma esquizofrénica la unidad cuerpo-mente del ser humano.
Ahora bien si mentamos la locura en jerga coloquial, y por ella entendemos, de forma equivocada, los procesos de duelo, los de cambio, el perder la noción de la propia identidad, la fluctuación del estado de ánimo, los problemas de resolución y de puesta de límites, los adictivos, la desvalorización de uno mismo, los sexuales… y otros tanto más que pueden llevar a una expresión interior de decir: “creo que me estoy volviendo loco”, si que entramos de lleno en la llamada campana de Gauss de la “normalidad” y en el campo de intervención del psicólogo.
Siempre, desde un concepto populista y manido, sería más “loco” aquel que teniendo problemas se autoengaño, los niega e incluso juzga y critica a aquellos que buscan ayuda, que por el contrario la persona que mira a “los ojos” a su angustia y a su miedo y decide pedir ayuda y enfrentarlo.
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