Acoso psicológico laboral
Jul 31, 2012 // by // Artículos // Sin comentarios
Hablar de que el acoso psicológico en el trabajo es una novedad parece pretencioso, ya que se puede decir que ha existido desde siempre. Ahora bien, si partimos de que estamos en el siglo XXI y que ciertos trastos son denigrantes y denotan la autoestima y la autoconfianza de la persona en uno de los ámbitos más relevantes en la vida del individuo como es el laboral, no podemos, ni debemos, asumir la forma trivial el acoso laboral como si fuera un elemento consubstancial a todo trabajo, tal como podía darse en el período de la Revolución Industrial.
Según el barómetro Cisneros, el número de afectados por mobbing, supera la cantidad de dos millones. Cifra que no es precisamente irrelevante teniendo en cuenta que corresponde tan sólo a aquellos diagnosticados. Definiremos el acoso psicológico laboral como un maltrato verbal, comportamental, así como actitudinal, de forma deliberada, consciente y constante durante un período superior a seis meses, que recibe un trabajador por parte de otro u otros compañeros, subordinados o jefes, cuyo objetivo final está dirigido hacia la destrucción psicológica de la persona que provoca con ello su salida de la organización a través de diversas actuaciones ilícitas.
Psicológicamente, el mobbing es una modalidad de violencia realizada en el ámbito laboral. Jurídicamente, es un ataque contra la dignidad del trabajador y sus derechos. Desde un enfoque médico, el mobbing es un comportamiento lesivo que da lugar a enfermedades en las personas acosadas. Y desde el campo de la seguridad y la salud laboral es un riesgo psicosocial emergente.
Los síntomas más habituales que lo caracterizan son: el insomnio, la ansiedad, el estrés, la irritabilidad, la hipervigilancia, la fatiga, los cambios en la personalidad, los problemas de relación con la pareja y la depresión.
Los profesionales más afectados por este tipo de acoso son los del sector terciario o de servicios: Funcionarios, personal contratado por la administración, la enseñanza, la salud, la hostelería, los bancos e instituciones financieras. Del mismo modo se ven afectadas personas vinculadas a organizaciones o instituciones caritativas o religiosas, partidos políticos y sindicatos. También indicar la violencia de género, ya que son más afectadas por mobbing las mujeres que los hombres, con una frecuencia de 54% frente al 46%, respectivamente.
Es necesario practicar un adecuado diagnóstico diferencial y no confundir el acoso psicológico laboral con otro tipo de trastornos o problemas de índole psicológica. Los principales problemas de la persona afectada por mobbing son el desajuste psicosocial, el sentimiento de indefensión aprendida, el sentimiento de culpa y otros propios del trastorno postraumático. El perfil de las víctimas del mobbing se ajusta al de los diversos, los insumisos, los superdotados, los jóvenes, los trabajadores vulnerables y las mujeres.
Resulta fundamental llamar la atención sobre este hecho y no tolerarlo como si se asumiese que acoso laboral es un componente más del contrato de trabajo y dejar claro a la persona que sufra el mobbing que sí que existe la forma de identificarlo y de afrontarlo tanto psicológica como jurídicamente.
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